Criticismo
Por Criticismo se entiende la doctrina de Kant, que sostiene la superioridad de la investigación del conocer sobre la investigación del ser. Esta corriente está convencida de que es posible el conocimiento para el hombre, acepta que puede llegar a poseer la verdad, puede tener conocimientos que dan certeza, pero que hace indispensable justificar racionalmente la forma como llegamos al conocimiento: es decir, cómo llegamos al conocimiento y en qué forma se nos da la realidad.
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"El criticismo examina todas las afirmaciones de la razón humana y no acepta nada despreocupadamente. Dondequiera, pregunta por los motivos y pide cuentas a la razón humana. Su conducta no es dogmática ni escéptica, sino reflexiva y crítica. Es un término medio entre la temeridad dogmática y la desesperación escéptica."
El criticismo es como una dirección especial de la gnoseología, consistente en la averiguación de las categorías apriorísticas que envuelven lo dado y permiten ordenarlo y conocerlo; por otra parte, es una teoría filosófica que coincide con el idealismo en sus diversos aspectos y que invierte la dirección habitual del conocimiento mediante el propio conocimiento. Entendiendo pues el criticismo desde la filosofía, es una "actitud" que matiza todos los actos de la vida humana, siendo la época moderna considerada "época crítica" puesto que en ella se pretendió averiguar el fundamento racional de las creencias últimas.
Contexto histórico
Ha sido concretamente la Edad Antigua la que ha permitido presentar pequeños brotes de criticismo, y dentro de esta época sobresale Platón (siglo V antes de Cristo) quien distingue varios grados que conducen al conocimiento:
1. El conocimiento sensible. Este tiene por objeto de conocimiento los seres materiales y éstos se nos dan a través de los sentidos, por los cuales se puede presentar variabilidad en el logro del conocimiento, por tanto, no es posible una verdadera ciencia.
2. El conocimiento racional discursivo. Hace referencia al número y a la cantidad, es decir, a las matemáticas.
3. El conocimiento racional intuitivo. Este se refiere a los seres espirituales; es el mundo de las ideas y es sólo en éste donde se puede hallar la verdadera ciencia, pues es considerado el mundo objetivo, verdadero, eterno e inmutable.
Mas adelante, sigue a Platón, su discípulo Aristóteles, quien reafirma la posibilidad de un conocimiento; además, aclara que los sentidos sólo nos engañan accidentalmente, puesto que son hechos para captar los objetos.
Distingue dos tipos de conocimientos: el sensitivo y el intelectivo, los cuales se dan en constante relación. "Nada hay en el entendimiento que no haya pasado por los sentidos"; es decir, los sentidos suministran el material con que trabaja nuestra mente.
Mas tarde, en la época moderna, es Kant el gran representante o fundador de esta corriente criticista, el cual llegó a esta posición después de haber pasado por el dogmatismo y el escepticismo. La intención que tuvo Kant con esta corriente era someter la razón a un análisis detenido para ver sus estructuras y determinar entonces la forma cómo conocen. Quiere fundamentar el conocimiento humano determinando los aportes que hace el sujeto y los aportes que provienen de la experiencia. El sujeto recibe los datos, los organiza, les da forma, a través de estructuras a priori, tanto de la sensibilidad como del entendimiento y la razón. La forma "a priori", que es aportada por el sujeto, posee siempre un carácter necesario y universal.
Luego sigue Hegel, el cual ha formulado en su "Enciclopedia" que la investigación del conocimiento no puede tener lugar de otro modo que conociendo. Querer conocer antes de conocer es tan absurdo cuando se parte de todo supuesto; es decir, sin probar una posibilidad misma del conocimiento.
Emmanuel (Immanuel) Kant |
Nacido en Königsberg (Prusia oriental; hoy Kaliningrado, en la ex URSS) en 1724, es el principal exponente del criticismo. Murió en 1804 en la misma ciudad y su cuerpo se halla en la catedral de esa ciudad..
A partir de 1770 fue profesor en su ciudad natal y es con Kant con quien comienza una nueva etapa en la filosofía, siendo considerado una figura en la búsqueda de una visión sistemática y cerrada de la totalidad del ser, partiendo de un principio unitario.
En 1794 fue amenazado por orden real con sanciones en caso de proseguir en la labor de desfigurar y menospreciar muchas doctrinas fundamentales y capitales de la Escritura con motivo de ciertas partes de la obra "La religión de los límites de la razón pura".
La vida y el carácter de Kant han sido objeto de numerosos estudios. Se ha subrayado su religiosidad pietista, aunque se opuso a la práctica puramente formal de las observancias religiosas, y sobre todo su integridad moral.
Kant fue pacifista, antimilitarista y antipatriotero, por su convicción moral y no sólo política.
Algunos autores han resaltado la importancia que tiene en el problema del conocimiento, hasta el punto de indicar que este problema determina todos los demás.
Kant fue pequeño de estatura y de constitución débil, era tímido y escrupuloso hasta hundirse en graves depresiones de desesperación, sin embargo, gracias a su rígida disciplina logró superarse y hacer de sí mismo un hombre alegre y sociable; su método de vida era ordenado y metódico, los dos grandes principios de su ética, la autonomía y la conciencia del deber, se habían encarnado en él mismo.
Catedral de Königsberg (ampliar imagen) |
Raras veces salió de su ciudad natal, fue excelente profesor de geografía, física, gracias a los conocimientos adquiridos en las lecturas. Kant permaneció soltero, y a pesar de su constitución débil alcanzó una edad avanzada. A su muerte fue enterrado en el claustro de la catedral de su ciudad.
Obras
Las obras de Kant se agrupan en dos periodos: Precrítico y crítico. El primero va aproximadamente hasta 1790. Kant está todavía en la ciencia y en la filosofía de la Ilustración. Como científico, admira a Newton y en filosofía son sus maestros Leibniz y Wolff. Es la corriente racionalista que se manifiesta en su "Dilucidatio".
Kant tiene por posible la metafísica tal como la conservaron Leibniz y Wolff. Cuando aún no se ha definido el Kant crítico, se le suman "Historia general de la naturaleza y Teoría del cielo" (1755), "La única base posible para una demostración de la existencia de Dios" (1763).
La primera obra de Kant es la "Crítica de la razón pura", cuya primera edición apareció en 1781, y la segunda en 1787, allí trata de establecer los límites y fundamentos de la razón humana.
Luego viene la "Crítica de la razón práctica"(1788), su principal obra de ética en la que estudia el querer y el obrar del hombre.
Luego, en 1790, aparece la "Crítica del juicio" que contiene la estética y la teología kantianas.
Otras obras importantes son: "Prolegómenos a una metafísica futura"(1783), "Fundamento a la metafísica de las costumbres" (1785); "La religión dentro de los límites de la razón" (1793), "Metafísica de las costumbres" (1797), y "Paz perpetua" (1795). El total de sus escritos supera los ochenta, por ello la importancia de su pensamiento, y a su muerte llegaban ya a 2.000 sus estudios. Todavía en vida, sus escritos, ideas y terminología se pusieron de moda.
Su pensamiento
El aporte filosófico de Kant es tardío, empezando por varios años de silencio, inicia su obra crítica con "La crítica de la razón pura" en 1781, la cual cuenta además con otras dos críticas de la razón pura práctica (1788), y la de la facultad de juzgar (1790).
Crítica de la razón pura
La crítica de la razón pura no es una obra de fácil interpretación, sólo persigue objetivos teórico-científicos, o constituyen intereses de la razón práctica.
Esta obra funda su problema en la antigua oposición de racionalismo y empirismo. Es a la vez la oposición entre dogmatismo y escepticismo.
La crítica de la razón pura tiene un esquema epistemológico unido de tres facultades: sensibilidad, entendimiento y razón; cada una de ellas lleva un elemento material y uno formal.
El elemento formal se refiere a todo aquello que aporta la subjetividad; el elemento material es, en un principio, todo aquello que viene de fuera, de esa subjetividad; es, pues, una síntesis entre lo dado y lo puesto; lo que la sensibilidad recibe y lo que aporta.
Hay, entonces, un elemento formal que pone el sujeto y uno material que viene del objeto, y es así como integrados elaboran el conocimiento, y ello implica una modificación esencial en la concepción del conocimiento, de la inteligencia como tabla rasa, en la que nada hay escrito.
Así, pues, la crítica es una idea que atraviesa toda la filosofía de Kant, no pueden conocerse los hechos, las palabras, ni puede construirse un saber si antes no se establecen sus condiciones de posibilidad. Toda crítica implica dos aspectos:
Una precisa delimitación de nuestra capacidad de conocer. |
La investigación de los límites más allá de los cuales no podemos pasar. |
El funcionamiento de la razón tiene que cumplir determinadas condiciones sustentadas en cuatro presupuestos fundamentales:
Universalidad | Necesidad |
Experiencia | Carácter progresivo, sintético del saber |
Los juicios
El conocimiento puede ser a priori o a posteriori; por tanto, la ciencia requiere un saber a priori. La verdad y el conocimiento se da en los juicios; una ciencia es un complejo sistemático de juicios.
Se pueden clasificar éstos en analíticos y sintéticos. Los juicios analíticos son aquellos cuyo predicado está contenido en el sujeto; los sintéticos son aquellos cuyo predicado no está contenido en el concepto del sujeto, sino que se une o añade a él.
Juicios a priori y a posteriori
"Hay juicios sintéticos a priori que con los que interesan a la ciencia, porque cumplen dos condiciones: son por una parte a priori; es decir, universales y necesarios, y, por otra, sintéticos; esto es, aumentan efectivamente mi saber".
También, fuera de la matemática, en la física y en la metafísica, encontramos juicios sintéticos a priori.
Así, pues, "conocimiento puro a priori no significa conocimiento implícitamente presente en el espíritu, antes de que éste empiece a experimentar cosa alguna; significa conocimiento no derivado de la experiencia, aunque no aparezca como la que normalmente llamaríamos conocimiento, sino con ocasión de la experiencia; pero, al mismo tiempo, aunque ningún conocimiento sea temporalmente anterior a la experiencia, es posible que la capacidad cognoscitiva suministre elementos a priori tomados de sí misma con ocasión de las impresiones sensibles. En este sentido los elementos a priori no poseen de la experiencia.
Los juicios a posteriori son derivados de la experiencia y son reducibles a juicios analíticos a priori, en cuyo caso los principios de la experiencia son principios de razón, o los juicios sintéticos a posteriori no son reducibles a juicios analíticos a priori, en cuyo caso, no hay certeza respecto a los principios del conocimiento.
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